En los palacios, las nuevas fronteras del hiperlujo
Para engatusar a un cliente, cada paladar tiene sus pequeños trucos. Tomemos como ejemplo Le Royal Monceau. En octubre, este hotel parisino, que pertenece a un fondo soberano qatarí, tenía como cliente a Andreas Grasshoff, un alemán-estadounidense de 61 años. Durante una conversación informal con el pastelero del restaurante, este empresario de panificación industrial mencionó…