“Hay tres cosas que odio: la cebolla, que suene el despertador y decir adiós”había confiado a Mundo Abilio Diniz, el famoso empresario brasileño, hace unos diez años, durante una entrevista en su casa de Sao Paulo. Fue finalmente una despedida la que se le impuso, el domingo 18 de febrero. Este personaje del sector de la gran distribución, exsocio de Casino y segundo accionista de Carrefour, falleció a los 87 años en un hospital de su ciudad, donde estaba siendo tratado por una insuficiencia respiratoria.
Abílio Diniz nació el 28 de diciembre de 1936 en Sao Paulo. Su padre, tras abandonar Portugal, abrió una pastelería en un barrio obrero de Sao Paulo tras la Segunda Guerra Mundial, gracias a sus ahorros y al premio de un billete de lotería comprado por su mujer. El nombre de la tienda: Pao de Açucar (Pan de Azúcar), llamado así por el famoso monolito de granito que domina la bahía de Río de Janeiro.
“En ese momento yo era bajito, gordito, torpe y totalmente inexpresivo”, dice Abilio Diniz. Víctima de los niños del barrio, cansado de que lo golpeen, se apunta a clases de artes marciales. “Fue en ese momento que tomé una decisión: nunca más volveré a ser golpeado por nadie. Nunca más temeré las amenazas. » Así se ganará el respeto de los demás con la fuerza de sus puños y gracias a sus habilidades como portero de fútbol, una pasión que nunca lo abandonará.
Playboy influyente
Quiere vengarse de esta complicada infancia convirtiéndose en un ” intelectual “, como él dice, y está pensando en licenciarse en economía en Estados Unidos. Finalmente, se quedó en Brasil y estudió administración de empresas en la prestigiosa Fundación Getulio Vargas. A finales de los años 50, el negocio familiar empezó a prosperar. Su padre entendió que el futuro del comercio estaría en los supermercados y el autoservicio. Abrió un primer supermercado, un segundo y luego un tercero. Nace el Grupo Pao de Açucar. El destino de Abilio Diniz se le impone: será comerciante.
Aunque es quien más se implica en el negocio familiar, debe compartir el poder con sus hermanos, lo que le cuesta comprender y aceptar. Orgulloso, se distanció al formar parte del Consejo Monetario Nacional, desde 1979, bajo la presidencia de Joao Figueiredo, hasta 1989.
Sus responsabilidades, su fortuna amasada gracias a Pao de Açucar, sus hazañas como campeón de automóviles y de lanchas lo convirtieron en un ícono, una especie de Gianni Agnelli brasileño, un playboy influyente tanto en la política como en los negocios. Un éxito que se exhibe en revistas y en la televisión brasileña. Abilio Diniz está en la cima de su gloria sin darse cuenta de que está al borde de perderlo todo: el negocio familiar y su vida.
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