pluma grande de Mundo, donde desarrolló casi toda su carrera como periodista económico, Alain Vernholes falleció el martes 16 de enero en su casa familiar de Rémalard (Orne), a la edad de 88 años. Para quienes trabajaron con él en el periódico, donde pasó más de tres décadas analizando y comentando la macroeconomía, pero también para sus interlocutores, ya sean ministros, pronosticadores económicos o simplemente colegas, abordó todos los temas con rigor y al mismo tiempo defendiendo la idea de la independencia de la prensa.
Hijo de un médico rural y cuarto de cinco hijos, Alain Vernholes nació el 15 de noviembre de 1935 en la casa donde pasó su infancia, en las tierras de Perche, a las que le encantaba viajar. Después de estudiar filosofía, luego economía y un diploma del Centro de Formación de Periodistas, comenzó a trabajar durante dos años en el ecos antes de incorporarse, en 1962, al servicio económico de la MundoLuego dirigida por Hubert Beuve-Méry.
Periodista responsable, en particular, de las finanzas públicas y de la fiscalidad, fue nombrado posteriormente jefe del departamento de macroeconomía. Feroz defensor de la especialización de “formularios de registro”a diferencia del periodismo “pídola” consistente en pasar de una sección a otra, profundiza mediante la práctica un perfecto conocimiento de sus campos, lo que le granjea notoriedad y respeto en la profesión.
Pedagogía
Fue durante este largo período de evaluación minuciosa de las cuentas de la nación y de búsqueda de posibles desviaciones que sus colegas le concedieron el título de “Papa del presupuesto”, lo que rechazó con una sonrisa. El hecho es que cada año, en otoño, cuando el Ministro de Presupuesto o el Ministro de Economía invitaban a los periodistas al final de la tarde a presentar y comentar los gastos e ingresos del Estado francés, no lo hacían. No es raro ver a colegas y consumidores (pocos en ese momento) llegar con, bajo el brazo, la edición del “periódico de la tarde”, recién salida de imprenta. Allí encontramos, en un lugar destacado, las tres o cuatro páginas escritas por Alain Vernholes que describen detalladamente el contenido del presupuesto que el inquilino de Rivoli hubiera querido anunciar él mismo… Un ritual que, en definitiva, divirtió más que molestó.
El reconocimiento de sus competencias, pero también de su espíritu de independencia, llevó a Alain Vernholes (que se había negado a recibir la Legión de Honor por sugerencia de un ministro) a ser elegido por sus pares para presidir durante varios años la Asociación de Estudios Económicos y Periodistas Financieros (AJEF). Con la ayuda de su colega Gérard Horny, creó en 2005 el AJEF Amphis, que acogió durante once años a numerosas personalidades del mundo económico, político o académico como Jean Tirole, Daniel Cohen, Marylise Léon, Marcel Gauchet o Mario Monti. La idea de esta velada universitaria era comentar, para públicos diversos, las principales cuestiones económicas y filosóficas del momento. Una intensa labor pedagógica que continuó tras su salida del Mundoen 1996, a la edad de 61 años.
Tras un paso por Agefi, en 1998 se incorporó al periódico La Cruz. En su columna semanal, que mantendrá hasta 2015, aborda naturalmente la cuestión económica, pero también temas sociales que le interesan, desde una perspectiva filosófica. También colabora con la revista. Social y publica artículos en Comentarionotablemente “La imprenta: el jardín de las tentaciones”, fr. 2003.
Una “orquesta roja” en Perche
Alain Vernholes dedicó gran parte de su vida a esta actividad periodística que tanto amaba. Pero hay otra pasión, menos conocida, que le llevó a pasar tantos años hermosos, esta vez entre los árboles, creando desde cero el magnífico Arboretum de Boiscorde, en su tierra natal de Rémalard. Fue durante un informe económico para El mundo En Quebec y en el noreste de los Estados Unidos, durante el verano indio, se había producido el prodigio.
Pero el periodista no se contentó con admirar: después de varios viajes familiares, no dejó de reproducir el resplandor de los colores otoñales que lo habían seducido. De ahí nació esto “orquesta Roja” hecho de arces azucareros canadienses, por supuesto, pero también de robles y carpes poco conocidos, de nogal amarillo dorado y, poco conocido en Europa, de nisa silvestre, el tupelo indio. En la cara oriental también encontramos robles armenios, pistachos chinos, numerosos arces japoneses o Gingko biloba. Temas raros en Francia que armonizan con el paisaje de Perche y sus primos europeos.
Si esta locura coincidió con un resurgimiento del gusto francés por los jardines, fue acompañada de una curiosidad y un aprendizaje propios del periodista que nunca dejó de ser. En 1982, Alain Vernholes se embarcó en esta ambiciosa aventura con su esposa, Michèle Champenois, también periodista del Mundo, donde se conocieron en 1968; ella se sintió atraída por las ciudades y la arquitectura, así como su hijo Antoine, que tomó el relevo. En cuarenta años, convirtiéndose en verdaderos conocedores, lograron transformar las 4 hectáreas iniciales en un paisaje variado y montañoso de casi 20 hectáreas en la actualidad, donde varios cientos de grandes árboles están a disposición de visitantes, escolares, aficionados o amantes de la botánica.
El Boiscorde Arboretum permitió así a Alain Vernholes realizar el trabajo de su segunda vida, una pasión que había establecido como una verdadera misión de interés general, mientras que la ecología y el amor por la naturaleza se convertirían en una prioridad para todos.
(Gracias a su experiencia e independencia, Alain Vernholes fue una de las grandes figuras de nuestra empresa que contribuyó a establecer la reputación del periodismo económico en el Mundo. Enviamos nuestro más sentido pésame y un pensamiento especial a su esposa, nuestra colega de Mundo, Michèle Champenois, su hijo Antoine, su familia y sus seres queridos, y quienes tuvieron el placer de conocerlo en el periódico. J.Fe.)
Alain Vernholes en algunas fechas
15 de noviembre de 1935 Nacimiento en Rémalard (Orne)
1962 Entra el periódico “Le Monde”
mil novecientos ochenta y dos Creación del Arboreto de Boiscorde
1996 Abandona “Le Monde”
16 de enero de 2024 Muerte en Rémalard