Un contacto para valorarnos mutuamente. Desde el martes 16 de enero, Gabriel Attal comenzó a recibir, por turno, a los principales dirigentes sindicales y patronales. El nuevo jefe de Gobierno concreta así su deseo de cumplir rápidamente con las “fuerzas vivas del país”a pesar de un pequeño “contratiempo” relacionado con las primeras reuniones que finalmente canceló poco después de asumir el cargo.
Esta serie de entrevistas no ha aportado, por el momento, mucha información sobre la visión del inquilino de Matignon, que deberá pronunciar su discurso de política general ante la Asamblea Nacional el 30 de enero. Pudo hacerse una idea del estado de ánimo de sus interlocutores, habiendo cada uno de ellos desgranado una larga lista de agravios.
De estos momentos de discusión surgió una observación unánime: el señor Attal intenta mostrar respeto por los interlocutores sociales. “Parecía atento a nuestros súbditos”relata Marylise Léon, secretaria general de la CFDT. “Quería demostrar que estaba abierto”, se hizo eco de Sophie Binet, líder de la CGT. Aseguró “creer en el diálogo social”completa Frédéric Souillot, líder de FO.
Abundan los empleadores. “Me parece una buena señal recibir a las organizaciones de empleadores y de trabajadores antes de su discurso sobre política general”, declara Patrick Martin, presidente de Medef. Su homólogo de la Confederación de las Pequeñas y Medianas Empresas, François Asselin, consideró que Attal estaba ” cariñoso ” : “Él estaba allí para escucharnos y convertirlo en una de nuestras prioridades. »
Abandono de la ley de “inmigración”
Por tanto, el ambiente parece haber sido bastante cordial, lo que no impidió a los protagonistas hablarse con franqueza. “Comencé diciéndole que el mandato de cinco años de Emmanuel Macron fue un desastre social, económico, democrático y ambiental”relación MA mí Binet. El secretario general de la CGT también exigió “un cambio de sombrero”sobre “cariñoso” y en términos de ” método “de manera “trabajar de otra manera” con los sindicatos.
En varios temas, las organizaciones de trabajadores han manifestado su desacuerdo con la acción del ejecutivo. METROA mí Léon, por ejemplo, expresó su preocupación por la reforma de la función pública, que debería dar más lugar a “merece” en la remuneración de los agentes, como indicó Macron durante su conferencia de prensa el martes en el Elíseo. “No es posible conocer el contenido de un proyecto antes de haber realizado consultas con los sindicatos”ella está indignada.
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